Si La cuarterona puede ser más emocionante que una novela de televisión, si Doña Bárbara puede llevarnos a entender la destrucción humana de los ecosistemas y El túnel ser más profundo que el espectáculo publicitario del juicio de O.J. Simpson, ¿por qué estos clásicos hispanoamericanos no han logrado atraer a tantos miles de estudiantes que los leen como obligación aburrida?
Este libro quiere redescubrir esa literatura, calificada como clásica por la escuela, integrada a la lista de libros que debe conocer toda persona culta, pero que aun así resultan pesados y anticuados para la mayoría del público lector.
Cambiar las rutinas de lectura, dar giros inesperados a lo conocido, buscar lo actual en los clásicos: esos son los objetivos de los ensayos que integran Ni víctimas ni bárbaras... Dos especialistas en literatura escriben su manera de leer desde la perspectiva feminista, a veces individualmente, a veces conjuntamente. Puntos de partida para su exploración del género y el poder en la literatura son ocho textos hispanoamericanos con fechas de publicación que abarcan más de 120 años, desde 1867 hasta 1989.
Además de una introducción y diversos “desbordes e inclusiones” acerca de sus enfoques y procesos, Elsa Arroyo y María Solá elaboran ensayos sobre La cuarterona de Alejandro Tapia y Rivera; Doña Bárbara de Rómulo Gallegos; La amortajada de María Luisa Bombal; El túnel, de Ernesto Sábato; La carreta, de René Marqués; Crónica de una muerte anunciada, de Gabriel García Márquez; Encancaranublado y otros textos narrativos de Ana Lydia Vega, y Como agua para chocolate, de Laura Esquivel.
Cada ensayo ofrece visiones que van más allá de lo que ya se ha dicho acerca de obras tan reconocidas. Las pugnas y conflictos entre hombres y mujeres pasan a primer plano y se observan sus inquietantes e impredecibles procesos. Quedan dramatizados como pocas veces los actos de resistencia que las personas inventamos para hacer frente a la opresión, en la vida como en la literatura, cada cual a su manera. Rescatar algo de libertad y perseguir su deseo, ser algo más que mera víctima, a pesar de no ser libre y soberana, es una aspiración más frecuente de lo que sospechábamos, y esto se nota aun en los clásicos.
Pocos textos de crítica se han ocupado de captar las sutilezas y complejidades de las mujeres en las luchas de poder, como lo hacen los ensayos aquí reunidos. Lanzan una mirada diferente en torno a la opresión, invitando a quienes leen a celebrar las resistencias. Igualmente, el libro incita a hacer de la lectura vía de placer y de revelaciones. A leer con feminismo, a leer con deleite y con desafío, a leer con intensidad.