Marta Farreras
La
cubana Teresa Dovalpage resultó finalista del premio Herralde en el año
2006 con la novela La muerte de un murciano en la habana, novela que
va de lo contemporáneo doméstico a la ficción realista.
El título
de la novela parece el de una novela policíaca, es como una muerte
anunciada, todo está dicho, desde el principio sabemos quién es la víctima
premonitoria: la autora ya nos dice que es el murciano.
Esta
novela le ha permitido volver a Cuba sin tener que entrar. Como en su otra
novela, Posesas en la Habana, cuenta pequeñas historias
de personas marginadas y santeros, utilizando un lenguaje deslenguado y
muchas “cochinerías” que, según ella, al corregir el libro trató de
reducir lo más posible.
Quien
hojee sus páginas podría hacer pensar a un lector que está frente a una
novela algo ligera y que al tratarse de una autora cubana , de ese país
maravilloso que es Cuba, se va a encontrar una novela pesimista. Sus
personajes son seres que intentan sobrevivir en la sociedad cubana poniendo
a prueba su capacidad de resistencia.
Da vida a
los personajes de una manera teatral estructurada por voces con formato de
zarzuela española , escenas y representaciones muy típicas que tuvieron un
cierto eco en Cuba, donde se componen zarzuelas que aúnan el estilo español
con elementos autóctonos.
En la
zarzuela el tema o argumento puede ser dramático o cómico, de acción
complicada, pero reflejando la vida cotidiana. La muerte de un murciano
en la Habana refleja esta vida común, explica lo cotidiano.
Su prosa
es limpia, ágil y fluida, fresca en sus planteamientos, y utiliza el humor
en lo relatado. Es una novela escrita con chispazos, con diálogos creíbles
que relantan el desastre e impotencia para cambiar las cosas , la carencia
existente en la isla con sus apagones y santeros, y donde las diferencias
sociales son cada dia mas acentuadas.
Se puede
interpretar esta novela como una fina y maliciosa tragicomedia de
costumbres. Encierra amores, traiciones , venganza, novela realista al fin
y al cabo que no puede dar la espalda al mundo en que se vive.
Podría
verse la influencia literaria del escritor cubano Pedro Juan Gutierrez en
algunas de sus "cochinerías ". Los personajes como el trasvesti/homosexual
Teofilo que se hace llamar Mercedes en su consultoría espiritual; Maricari,
que sólo sabe fabricar muñecas de trapo; Pío murciano, sesentón que llega a
la Habana como responsable de una compañía española, y la madre de
Maricari, son los personajes principales que componen la novela.
La
narrativa cubana comprende otros muchos escritores de sólida
trayectoria además de sus clásicos, que se han hecho un lugar en la
literatura cubana. Teresa Dovalpage llega con una voz narradora que logra
interesar y que a veces acude al estereotipo a propósito, pero lo supera
dando algo diferente.
Habla del
corazón sin caer en el tópico trillado; conmueve desde la crudeza.
La novela
cubana hay que promocionarla y un premio como ser finalista del Herralde es
un trampolín para que la obra llegue a más lectores.
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